Ser consecuente obliga a una línea de conducta que a veces provoca dificultades en la vida, pero con ella se construye en libertad de conciencia y siendo dueño de los deberes y las obligaciones; también nos obliga a ser pacientes y saber que nuestra conducta es el resguardo para muchos que todavía nop saben en quien confiar.
Ser consecuente con una idea es saber siempre donde uno está parado y lo que se realiza en la vida diaria lleva el sello de la seguridad; por supuesto que podemos equivocarnos, se es humano; pero siempre desde la convicción y no desde la especulación, con la tranquilidad de conciencia que da la confianza en una idea, una ideología, una doctrina que nos permite pararnos frente a cualquier persona sabiendo lo que pensamos, sentimos y queremos.
La obsecuencia quizas permite logros personales rápidos, ya que generalmente construye lazos de intereses, pero sin libertad de conciencia y atado a las decisiones, humores y vaivenes de otros. La especulación justamente es el motor permanente del obsecuente, y eso destruye cualquier lazo de confianza que se pueda tener con ellos, porque muchas veces llegan a esconder o negar sus propias convicciones y hasta entregar su propia libertad, en pos de un beneficio personal.
Estamos viviendo momentos de definiciones y nuevamente comenzará la lucha entre los "consecuentes" y los "obsecuentes". Nosotros sabemos de que lado estamos, del lado de la consecuencia.
Y VOS ¿DE QUÉ LADO QUERES ESTAR?
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